El inicio de todo



Todo en sus inicios, se hace porque merece la pena hacerlo. ¿Por qué sino se empezarían a hacer? se da por sentado. Algo existe porque se ha creado y por ello tiene un por qué…

Se pone mucho en debate de cuánto somos capaces de mantenernos, de hasta cuánto somos dependientes, de hasta cuanto podemos mantener. Mirados con lupa, ¿Cuántas ayudas recibimos? ¿Cuánto aportamos? todo medido. Ya hasta encargamos a los ordenadores que hagan un baremo exacto para saber cuánto le corresponde a cada persona. ¡Qué horror!


Como tal cual castillo de naipes fuimos situadas estratégicamente para sostener algo, pero el problema que no vemos el qué. A lo mejor está tan alto que la distancia no nos deja ver. Nos limitamos a sostener y mantener. Nos han enseñado que es lo más acertado, incluso lo necesario para sobrevivir. Cada movimiento puede ser peligroso. Te mantienen quieta, paralizada en tu plaza asignada. Ahí comienza el miedo. El miedo a errar. Te hacen asumir cada milímetro de tus movimientos y los movimientos que se pueden producir después. Así es más fácil echar peso en la conciencia.


Es como una mal historia mal contada en la que el único final feliz es la que hay creada encima de un desarrollo infortunado. ¿Final feliz? Qué triste...conozco muchas historias y ningunas terminan con un final horripilante y si es así, es que la historia no ha acabado, hay otra parte en proceso. ¿Será esta una de estas historias? ¿Estaremos esperando que se mueva alguien para que asuma las culpas y poder aprovechar el resto y movernos? y si no es así  ¿por qué no nos movemos?


 Dicen que el cuerpo del humano aguanta más que el cerebro. Nuestro cuerpo es capaz de aguantar dolores, golpes y roturas... con el tiempo se autocura como si fuera parte de un espectáculo de magia y se queda en una cicatriz. Qué considerado nuestro cuerpo, nos deja en nuestra piel una señal para ayudar a recordar nuestro error.


Nuestro cerebro ya es más sensible, he escuchado que hasta llega un punto que es capaz de olvidar incluso secuencias tan desagradables que de otra forma no se pueden curar. El miedo es cuando acumulamos tanto mal que no es imposible eliminarlo. 

Algunas personas pueden llegar hasta la locura. ¿Será eso lo que nos pasa? ¿Estaremos tan invadidos de dolor y malos recuerdos que hemos olvidado incluso a movernos? ¿Cómo? ¿Es miedo al dolor vivido o al dolor aprendido? No recuerdo nunca el castigo de la desobediencia, como la mayoría de la gente, entonces… ¿Por qué si cierro los ojos puedo llegar a imaginarme el final de mi supuesta mala vida?


Es curioso, pero mientras que pienso sigo parada, mirando que el tiempo pase mientras organizo mis ideas… ¿Será eso lo que le pase al resto? ¿Cuándo alguien se mueva sabremos lo que tenemos que hacer? Es curioso, pero a eso nadie nos enseña…